El sábado Ontinyent amanecía con lluvia fuerte. A medida que pasaban las horas el día despejaba pero las negras nubes amenazaban con descargar agua a mares, solo que a (Eolo) le dio por soplar fuerte y aliarse con los mortales, de tal modo que pudiéramos festejar el toro de cuerda. Mitos aparte y centrándonos en el tema que nos ocupa, sonando las doce del mediodía y con la carcasa que anunciaba la salida de Fanfarrón, magnifico novillo, se daba el pistoletazo de salida a las carreras de los toros.
Fanfarrón dio mucho juego a los asistentes con rápidas carreras y alguna que otra cogida pero sin importancia. Hacía tiempo que no recordábamos un novillo que tuviera tanta potencia física y aguante para el largo recorrido de nuestra ciudad. Su salida fue fulgurante y en un momento se plantó en la plaza del ayuntamiento, aguantó muy bien la cuerda y solo al final se le vio cansado. Agradó y causo una muy buena impresión entre los corredores.
Ya de tarde, a las 15h y con la correspondiente carcasa anunciadora de que un toro estaba a punto de recorrer nuestras calles, salía del corral Malagueño, fue de menos a más. Su actuación fue la mejor del sábado, pero destacar que fue un poco más que discreta. Buenas carreras, unos cuantos arreones y destacar que hizo un par de cogidas sin males mayores que destacar.
A los pocos minutos de su regreso al corral, salía embalado por “el camí dels carros” el toro blanco jabonero, Escorpión, que lejos de consagrarse en su tercer año de actuación, realizó una faena normal, le salvaron algunas buenas carreras, arrancadas y su presencia física, dado que era el toro más voluminoso de los tres. Escorpión, muy querido y aceptado por los ontinyentins, (solo tenéis que ver aquí al lado las encuestas), hizo disfrutar a los aficionados pero acabó por no salirse, siguió con su actuación suficiente.
En último lugar salió a escena Noveliste, el toro que en l´ embolà del día anterior prometía dar mucho juego y serio peligro, pero que acabo diluyéndose entre el público. Actuación muy discreta, por debajo de sus compañeros de tarde. Se le vieron buenas arrancadas, pero solo eso, alguna carrerita y poco más. Tuvo que ser devuelto al corral sin apenas alargar su estancia en la calle dado que no se le podía pedir más al morlaco.
En resumen la tarde fue de más a menos, prometía mucho, pero al final quedó su sabor agridulce entre los corredores y espectadores que se dieron cita el sábado con un frio de espanto.
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