La mañana del domingo transcurrió sin apenas problemas, la gente acudió con sus ramos de flores a realizar la ofrenda a la patrona, la Purísima Concepción y algún que otro amago de lluvia se produjo bajo el cielo encapotado de Ontinyent, dejando unas gotas de agua – nieve en el asfalto. Con todo ello, se llegó a las 13:30 de la tarde donde una gran “mascletà” puso fin a la ofrenda floral a la Virgen. De ahí, todos a cambiarse para ir a comer a las comparsas y demás bares, reponiendo fuerzas para una tarde que se preveía muy dura.
No nos equivocamos cuando decimos que fue una tarde dura, pero también festiva y espectacular.
La carcasa volvía a decirnos que los toros estaban a punto de aparecer una vez más por las calles. La gente empezaba ya a correr, cada vez más deprisa y detrás de ellos aparecía en esta ocasión como primer toro de la tarde Hortelano, que hizo una buena faena, con carreras largas y una gran subida al casco antiguo de “la Vila”, rematando la faena en la plaza del ayuntamiento con un par de buenos sustos a los participantes que se agolpaban a su paso. Buen toro del ganadero Fernando Machancoses, que ya había demostrado sus cualidades en Chiva y las ratificaba una vez más en nuestra ciudad.
Después de cerrar en el corral este toro, vino la creme de la creme, o sea, Cubano. Este toro vino a ser lo que estábamos esperando desde hace tiempo. Fue muy superior al Pastelero del año pasado, espectaculares carreras, momentos de peligro y tensión, caracterizaron este segundo toro de la tarde. Destrozó a los portadores de la cuerda que fueron pocos los que le aguantaron su ritmo hizo buenas arrancadas que culminaban casi siempre con la cuerda suelta en tierra y pocos los valientes que lo seguían sin caer a su paso. Pasó como un rayo por la plaza del ayuntamiento y la segunda vez que bajo a la “plaça de baix” lo hizo para llegar junto con 5 o 6 personas al final de la “cantereria” donde no había nadie esperándolo. Sorprendió a todos este toro, físicamente era el más grande de los 6 que se habían traído este año, pero también el más fuerte, siendo reclamada su presencia una vez más por la plaza, ya que aun se podía recrear muchos más minutos, siendo eso imposible por las decisiones de los responsables del festejo. Acabó en el corral junto con sus compañeros de viaje, no cansado, sino más bien fresco, ya que nunca lo vimos flaquear ni estar mucho tiempo parado. Nos recordó por momentos aquel toro cárdeno de la misma ganadería llamado Pimentó, que vino 4 años seguido y cada año su actuación era más espectacular. Candidato serio de cara la próxima edición del II Memorial Alejandro Descals.
En tercer lugar y siguiendo el mismo orden del pasado año, encarrilaba el puente con un espectacular salto Pastelero, el ganador del I Memorial Alejandro Descals, demostrando el por qué de este galardón que lo acreditaba como mejor toro del pasado año. La actuación fue perfecta, dando mucho juego a los participantes y más de un susto aquellos despistados que no sabían cómo se las gastaba este astado. Cruzó sin pensarlo el puente romano y llegó rápido a la plaza del ayuntamiento, donde lo esperaban cientos de jóvenes y no tan jóvenes con ganas de acabar una tarde para recordar. Pastelero cumplió con su cometido y a pesar de alargar su estancia en la calle durante más de una hora, solo flojeó en los instantes finales, después de haber dado buena cuenta algún que otro corredor.
Pasó el domingo y con ello este fin de semana, que si bien el sábado nos quedamos con un sabor agridulce, el domingo disfrutamos “como enanos”. No lamentamos ningún incidente de importancia, solo los golpes, empujones, caídas… inevitables en este tipo de festejo de “bous al carrer”. Destacar la gran labor de todos los miembros de Protección Civil, Cruz Roja, Policía Local, que estuvieron en todo momento a la altura de las circunstancias, agradecerles la labor que cada año realizan a favor de esta fiesta, la más multitudinaria de la ciudad de Ontinyent.
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