miércoles, 3 de diciembre de 2008

Resumen Ontinyent 2008 Viernes

Una vez pasadas estas fiestas del "bou en corda", la valoración que podemos hacer desde la ACT Bou i Corda es muy positiva, ya que no han habido grandes incidentes que destacar, pero si golpes, caídas, empujones... cosas típicas de esta fiesta.


A las 15:30h y con las ganaderías de los Hermanos Machancoses, empezábamos nuestras fiestas con el tradicional acto de l´embolà, que consiste en enfundar las astas de los toros con unas fundas de cuero con tal de que el animal no sufra ningún percance y que los corredores no sufran ninguna herida ni punzada derivada del cuerno del morlaco.


El primer toro en ser enfundado resultó ser Malagueño, toro de buena presencia que sin hacer muchos movimientos dejo hacer la labor con bastante soltura a sus “emboladores”. El traslado a los corrales lo hizo rápido y con ausencia de incidentes, sin recrearse en la gente que iba a su alrededor, carrera limpia.


El segundo, viejo conocido de estos lares, de nombre Escorpión, bajó del camión un poco nervioso, como si supiera que este año se le iba a exigir mucho más que los anteriores, pero salvo unos cuantos movimientos en el embarrado, no opuso mucha resistencia a un viejo veterano de esta faena como Juan Ballester. Hizo una buena salida y salvo un momento que se liaron en sus patas posteriores las cuerdas, todo salió bien y sin incidentes.

En último lugar, apareció en escena Noveliste, espectacular toro que inmediatamente después de bajar del camión derroto un par de veces en las barreras donde se agolpaban los medios de comunicación, provocando el susto en más de un reportero de la prensa gráfica. Aparte de estos primeros instantes de incertidumbre, “l´ embolà” de este toro fue sin problemas, aunque tenemos que decir que fue el toro más agitado de los tres, nervioso se movía por el embolador, pero como sus otros compañeros acabó siendo enfundado y trasladado a los corrales. La carrera fue limpia la primera parte del recorrido, una vez pasado el puente romano, a nuestro amigo se le liaron las cuerdas en las patas traseras, impidiendo su normal traslado, tras muchos intentos y más de un susto, se pudo liberar de las cuerdas y enfilar el camino de los corrales. Una vez allí se acabó desenredando las cuerdas.


Viernes tranquilo y con mucha expectación para ver los que los astados harían al día siguiente, prometían dar mucha guerra.

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